Los Peligros de la Respiración Bucal

¿Caes enfermo y coges un virus cada año?

 

Seguramente creas que los resfriados anuales son algo normal por lo que forzosamente tenemos que pasar, pero la realidad es que no es así

Por eso escribo este artículo, para que seas consciente de que existen maneras de prevenir caer enfermo cada año.

 

Así que quería hablaros de los mejores nutrientes para los senos nasales. Pero tenemos que entender qué son y qué funciones tienen los senos nasales.

 

 

LOS SENOS NASALES

Los senos nasales o paranasales son cavidades orales en el cráneo que rodean la nariz, por delante y detrás. Son cada uno de los numerosos espacios huecos pequeños en los huesos que rodean la nariz.

 

 

Así, los 8 senos paranasales llevan el nombre de los huesos que los contienen: frontales (parte inferior de la frente), maxilares (maxilar superior), etmoidales (etmoides, en la parte superior de la nariz) y esfenoidales (esfenoides, detrás de la nariz), que comunican con las fosas nasales.

 

Estas cavidades son estructuras que influyen en la respiración, la fonación, el calentamiento y el olfato adecuados.

 

Estos tienen tejido linfático, un tejido inmunológico, que es una membrana mucosa que envuelve los senos. Básicamente, los senos lo que hacen es crear mucosa para ayudarte a evitar ciertos patógenos y microbios que pueden entrar en tu sistema respiratorio, pulmones y causar una infección.

Así que si entra un un agente patógeno en tu organismo, crea una respuesta inmunológica, haciendo que la histamina aumente y provoque la formación de nuevo moco.

 

Además, los senos actúan como un humidificador y filtran de contaminación y polución, protegiéndote. Los senos actúan también como una caja de resonancia para la voz al hablar. Así que cuando se llenan de mocos, oímos como la voz queda nasalizada o gangosa.

 

Pero hay gente que acaba con infección crónica todo el año en los senos, creando sinusitis crónica. Y eso se debe típicamente a que tienen virus o bacterias contenidos en los senos que no son estacionales.

 

 

Entonces tienen dificultad respiratoria y toda clase de cefaleas, con lo que estas personas a la larga suelen tomarse antiinflamatorios y antibióticos que al final debilitan aun más el sistema.

 

Así que te voy a dar 4 nutrientes clave que realmente protegerán las membranas mucosas y además pueden ayudar a protegerte de las infecciones.

 

 

VITAMINA A

El primer nutriente es la vitamina A y es un nutriente esencial para el crecimiento y el sistema inmune y la visión. Y es que durante las infecciones se reducen los depósitos de vitamina A.

 

La vitamina A tiene una función muy importante en nuestra piel, pues regula la diferenciación y proliferación de los diferentes epitelios, que son los tejidos constituidos por células que forman nuestra piel y nuestras mucosas. Mantiene la salud de la dermis estimulando la síntesis de elastina y fortalece la función protectora de la epidermis.

 

La vitamina A favorece la secreción de las mucoproteinas y la formación de moco, imprescindible para el buen funcionamiento de nuestras mucosas contra los patógenos externos. Por lo tanto, protege la mucosa de los senos y de todo el tracto respiratorio.

 

Puedes conseguir la vitamina A de alimentos ricos en vitamina A pero también de su precursor o provitamina A, los betacarotenos. Así encontramos altos contenidos de Vitamina A  sólo en alimentos de origen animal: como es el hígado, el aceite de hígado de bacalao, la leche, los huevos y la mantequilla.

 

Y encontramos los betacarotenos en aquellos alimentos con la pigmentación rojo-anaranjado en: las zanahorias, los pimientos, tomates y naranjas.

 

ZINC

 

El zinc es otro mineral traza, un oligoelemento clave que está implicado en cientos de funciones del organismo y procesos bioquímicos. El zinc actúa como barrera, para que nada entre de fuera adentro. Es por eso que es fundamental en la estructura de la membrana celular, para tu piel y tus mucosas.

 

Así, si tu cuerpo carece de zinc, entonces eres más propenso a las infecciones, resfriados, bronquitis y otitis puesto que el déficit acarrea alteraciones en la inmunidad celular y humoral. Y es que el zinc interviene tanto en la inmunidad específica como la adquirida y activa los linfocitos T, que son los encargados de eliminar a los patógenos. Es decir, es clave en todo nuestro sistema inmunológico.

 

Como no almacenamos el zinc en nuestro organismo debemos tomarlo de la dieta: carnes rojas, pescados y mariscos como ostras y mejillones, leche, huevos y legumbres.

 

Además, la suplementación con zinc, se ha visto que disminuye un 30% de las patologías de las vías y mucosas respiratorias.

 

VITAMINA C

La vitamina C es un potente antioxidante, básico para nuestra salud celular. Incrementa las funciones de tu sistema inmune a todos los niveles. Tus células de defensa necesitan vitamina C para atacar a los diferentes invasores. La vitamina C tiene numerosos beneficios para la salud y la deficiencia de ésta en nuestro organismo puede llevarnos a ser más vulnerables a padecer enfermedades.

 

Como hemos dicho, regula el sistema inmunitario por sus propiedades antivirales y antioxidantes. Estimula la función de los leucocitos, que son las células de defensa de tu cuerpo.

 

El cuerpo no puede producir la vitamina C por sí solo, ni tampoco la almacena. Por lo tanto, es importante incluir muchos alimentos que contengan esta vitamina en la dieta diaria.

 

La vitamina C la puedes encontrar en alimentos como: la guayaba, los pimientos verdes y rojos, la papaya y el kiwi, el perejil, la coliflor, las demás coles y el brócoli, las frambuesas y grosella, el limón, las naranjas y los pomelos, los grelos y espinacas.

 

VITAMINA D

Por ultimo, tenemos la vitamina D3 que actúa mas bien como una hormona que realmente como una vitamina. Esta vitamina actúa como una versión natural del cortisol, beneficiando enormemente tus senos paranasales. La vitamina D previene enfermedades autoinmunes, alergias, asmas y de la piel y en enfermedades de las vías respiratorias.

 

Un déficit de vitamina D3 ya sea porque carezcamos de sol en invierno, por nuestro estilo de vida, por obesidad o por enfermedades intestinales, hepáticas y renales, significa una debilitación de nuestro sistema inmune, facilitando la aparición de enfermedades.

 

 

Entonces es importante tener una buena dieta rica en vitamina D3: básicamente el aceite de hígado de bacalao, el hígado de muchos pescados, los mariscos, las setas secadas al sol, los huevos, lácteos y la leche.

Obviamente, también la puedes tomar en suplementos, pero recuerda que a través de la luz solar producimos una vitamina D3 que dura el doble de tiempo que la de los alimentos.

 

Además de todos estos nutrientes, es importante mantener una buena limpieza y eliminación de la mucosa excesiva para mantener una buena salud a través de la limpieza nasal a base de espráis de agua marina, donde el agua salada licua y elimina la mucosidad.

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